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Amor

Tiene que ver con su forma de ser, con su manera de actuar, con sus palabras, sus pensamientos, sus ideas. Con su delicadeza, con su dulzura, con su encanto. Cómo habla, cómo elige las palabras, cómo se expresa. La relación que tenga conmigo, su cariño, su tacto. Su simpatía, su alegría, su pena. Sus momentos felices y los duros. Su sonrisa y su tristeza. Su calor y su corazón. Su amistad. En cierta medida he de admitir que también me influye su voz, su olor, y la luz que desprenda. Pero no es fundamental. O quizá sí lo es. Lo que me importa es todo. Lo que veo es a la persona en su conjunto. ¿Es bonita? Sin duda. ¿Es atractiva? Por supuesto. Es la mejor del mundo. Nadie la superará. Aunque otros puedan decir que hay personas más guapas. Yo la veo tal y como es. Y así la amo. Para mí eso es amor.

Catarsis I

Cubre la cara con tus manos. Aprieta bien. Junta los dientes. Haz fuerza. Que no salga nada. Aguanta. Que no se note. No pueden notarlo. Sigue aguantando. Hasta que no puedas más.

Tábula Rasa

Cogí la maleta del rincón y la puse sobre la cama. Estaba llena de ropa vieja, de camisetas estropeadas y de pantalones rotos. De memorias lejanas y de recuerdos sin interés. De charlas en el salón, de viajes realizados y de los que no me avisaron. De promesas, de traiciones y de esperanzas destrozadas. Tiré todo al suelo y le prendí fuego. Entonces puse ante mí la maleta vacía y la miré fijamente. Ahora estaba llena de ilusión. Metí algunas prendas nuevas, la cerré y salí con ella en la mano sin mirar atrás.

José "ZERÁV" Malvárez Carleos a 10 de noviembre de 2010

Momentos

Mi hermana y yo nos acercamos a Ferrol el jueves de la semana pasada. Íbamos a visitar al tío de nuestro padre – o como mi hermana ha repetido constantemente: “mi propio tío” – que se encontraba en esos momentos hospitalizado. Según entramos nos reconoció y estuvimos hablando con él de forma muy amena. Su aspecto, a pesar de ser el habitual en un hospital, parecía bastante reconfortante. A mi hermana le habló con cariño, como siempre hacía. En cuanto yo me acerqué y saludé, lo primero que me soltó fue un “A min no me fales en castelán, eh”. Le explicamos que yo nunca cambiaba el idioma y entonces añadió “Igualiño ó teu pai”.

Supongo que hace falta añadir que siempre fue una persona muy guerrera. Firmemente convencido de sus ideales, luchó por ellos llegando a límites insospechados. Coincidió que el día que lo llevaron al hospital fue la huelga general, y por el camino iba fijándose en las fábricas por si había gente trabajando en ellas.

Vivió la vida tal y como quiso. Hasta en sus últimos momentos se encontraba completamente lúcido, así que los aprovechó para despedirse de la gente a la que quería -y que lo quería- y para preparar su entierro. “Non quero ningún cura” repetía, “Quero un gaiteiro”. Y así se hizo. Lo más emocionante no fue cuando la música comenzó a sonar sino cuando, una vez reconocida la melodía del himno gallego, la gente congregada empezó a entonarlo, primero a murmullos y luego – más confiados – fueron alzando la voz hasta culminar en un sonoro aplauso.

En el momento en que salimos de su habitación y nos despedíamos, mi hermana le dijo “Hasta mañana, tío” y él respondió “Non creas”. Y tuvo razón.

Fue dueño de su vida hasta el mismo final.

Ojalá todos pudiéramos irnos así.

José "ZERÁV" Malvárez Carleos a 12 de Octubre de 2010

Vidas alteradas 1x01

 

¡Menudo imbécil!

No sé qué demonios se piensa hablándome así. Menos mal que me he cansado de aguantarle y me he largado, dejándole bien clarito que cuando volviera ni se le ocurriera estar en mi piso. Y encima gritándome, como si fuera una niña tonta cualquiera y él la persona más importante del mundo. Pues que se dé cuenta de que a ésta no le van a faltar pretendientes. Tengo 20 años, soy rubia y no estoy nada mal, así que no debería haberse atrevido a hablarme así. Encima por cualquier chorrada. ¿A qué vino sacar lo del bar? Estuve trabajando un par de meses, no fue para tanto. ¿Y aquel chico?¿Qué? No tenía ninguna importancia, no hicimos nada. Es que de verdad, sacar eso fue el colmo. No vino a cuento de nada. Menos mal que al final le hice callar y le dije que se largara de mi piso. Vale que primero me fui yo, pero porque no quería quedarme plantada viendo como hacía las maletas. Ya llevábamos unos meses que la cosa parecía no funcionar, pero los problemas se arreglan hablando ¿no? Pues él no, el los arregla gritando, echando cosas en cara y soltándome un sermón sin sentido. Bien que se calló cuando le dije que lo nuestro se había acabado...

¿Acabado? Dios...no lo había pensado. No es que quiera volverme atrás, fue culpa suya y todo eso pero buff ¿hemos terminado?...Pues sí, qué importa. Puedo encontrar a alguien mejor que él sin problemas.

Ahora entraré en MI apartamento, cogeré mi agenda y quedaré con alguno de mis amigos. Será por pretendientes. Quizá hasta llame al chico del bar. Era bastante majo y nos llevábamos bien. Eso sí que le fastidiaría.

Decidido, abro la puerta, entro y...

...veo lo vacío que está el piso sin él. En el fondo esperaba que no se hubiera ido.

 

José “ZERÁV” Malvárez Carleos a 8 de mayo de 2009

 

Heridas sin cicatrizar

No lo entiendo. De verdad que no entiendo cómo he llegado a esta posición, a aceptar este papel y llevarlo anclado  arrastrándolo desde los últimos seis años. Y encima ¡es que no es para nada la realidad! Se lo han inventado, no tiene nada que ver conmigo. Pero vamos, una sola persona es capaz de hacer cambiar la impresión sobre otra a cualquiera de forma tan sencilla, al menos él puede. Y oye, no le culpo, es parte de su forma de ser, es lo que suele hacer... no voy a quejarme de eso pero precisamente por esas razones cada vez tengo menos contacto con él e intento evitar que se relacione con la gente nueva que conozco. Tenía razón en esos años pasados y sigo teniendo razón ahora. No me ha traído más que desgracias y problemas. Pero no lo culpo. La culpa es de los idiotas que le hacen caso, que se tragan todo lo que dice, que se dejan llevar como si no tuvieran personalidad, porque es mucha casualidad que antes de conocerlo esto no pasara. Pero da igual, esa no es la razón, ni es lo importante.

 

Lo son otras cosas, como el papel que mencionaba, que no es ya ni ser un mero bufón sin gracia, sino un comodín... que digo, ni eso, una mota de polvo que empuja el viento y los persigue de vez en cuando, trayendo sólo incomodidades por lo que parece. Sólo problemas. Sólo cizaña y maldad. Pero yo nunca hago nada de eso. Admito que cometo errores y cuando lo hago suelo intentar corregirlos pero me niego a asumir la culpa de todas las malditas cosas malas que pasan alrededor. Porque encima no solo es que digan que es mi culpa, ¡lo peor es que yo soy el que sale siempre peor parado! Así que concluyo que debo ser masoca, o sado-masoquista, nunca se sabe. Hoy en día son capaces de decir cualquier cosa. Soy de los que nunca negó que echaría de menos la época del instituto pero nunca creí que llegara a añorarlo tanto porque la verdad es que la salida apenas ha merecido la pena. Todo ha ido a peor prácticamente, con muy pocas excepciones.

 

¿Y por lo demás? Pues como no, egoísmo, críticas, egolatría, puñaladas, estúpidas discusiones -es que ahora se llaman así-  de gente que se mete en conversaciones ajenas, sentimientos que no valen para nada, son innecesarios y estúpidos, críticas sin razón, broncas constantes que no llegan a ningún puerto. Y eso ya pasaba hace años, desde que empezó todo. Y nada ha mejorado. Sigo sintiéndome como una sobra, una molestia, que muchas veces ya se ha alejado, no vaya a interrumpir las relaciones de otros, que no ha ido a sitios, que ha sido ignorado y ninguneado en multitud de ocasiones. Pero claro, soy un quejica. Y lo sería de ser una simple herida superficial que cura con el tiempo, pero no, ésta no cura, sigue ahí sin poder cicatrizar porque cuando parece que la alivian escupen ácido contra ella y hurgan hasta que la vuelven a hacer sangrar. Porque aquí nadie tiene cuidado por nada, por lo que piensen o sientan otras personas, aquí a todos les da igual el prójimo, con pocas excepciones, y a veces siento que soy un idiota por preocuparme tanto por compartir, por hacer que se sientan bien, por intentar ser parte de algo.

 

Pero algo sí ha cambiado. Ahora la estupidez ha crecido a la par que internet ha ido innovando y el uso de redes sociales y webs automatizadas ayudan a los que creen que tienen cosas que enseñar y decir a mostrárnoslas a todos. Pero, eh, se quejan como las mires si ellos no quieren, y te insultan creyendo que tienen todo el derecho. O nos dan información que deberían tratar con más cuidado. O no, la verdad es que en eso no me puedo quejar, no soy quien de pedirle nada, pero hubo gente con más tacto a la hora de hacer ciertas cosas, pero qué más da, aunque "sepa mal decirlo" no valgo la pena, esa es la conclusión. Estoy seguro de que si desapareciera ahora poca gente se daría cuenta o le importaría, aunque no tiene tanto que ver conmigo ¿no pasa así con todos?¿no somos completamente reemplazables e innecesarios? Total, puedes irte de viaje, conocer más gente y ser todo chachi guay aunque no sepan como eres realmente. Idilios estúpidos. Pero claro, nos llaman psicópatas, locos, estúpidos e insistentes. Y otras cosas que no sé.

 

Me sorprende como, rememorando cierto texto, sigue totalmente vigente incluso cuando han transcurrido cuatro años desde que lo escribí. Aunque no es solo vigencia, sino que cada vez parece ser más cierto, sólo me dan la razón en eso, -indirectamente- cuando no se dan cuenta de que lo están haciendo. Y por supuesto, igual que terminaba el otro, la única amabilidad de esta semana vino dada por una chica a la que apenas conozco. Es increíble como gente con la que apenas hablo desde hace unos pocos meses me tratan mejor que gente de toda la vida. Patético. Sigue siendo cierto que la dos únicas personas que me aprecian se encuentran a mil kilómetros de distancia, incluso con el daño que les he hecho a las dos.

 

Y ya lo sé, escribo peor que antes, pero es que esto no es un escrito: es una catarsis.

 

José “ZERÁV” Malvárez Carleos a 11 de marzo de 2009

 

Criticando sin razón

Iba a escribir un texto largo hablando de las críticas sin razón, de reirse de la gente, de las falsas esperanzas, de insultar a las espaldas, de gente normal y de hablar de otras cosas aparentemente más interesantes....

....pero no vale la pena.

ZRV

Lousy Christmas and a Crappy New Year

No oculto, ni lo pretendo, mis problemas con las tradiciones. Es algo visceral en mí. Tengo graves problemas con los altos mandos y con todo aquello que no tenga una base válida, una razón que aun hoy en día siga vigente y tenga su explicativa lógica. No lo puedo remediar. ¿Quizá es que no fui a la mili? Dicen que allí o te sometías o...o nada, porque no había elección. Y es precisamente con eso con lo que tengo graves problemas. Quiero tener elección.


Todo el mundo sabe lo que son las tradiciones, ese tipo de acciones que la familia, o la gente en general, lleva a cabo año a año en ciertas fechas, siempre iguales, con algún motivo conocido. El problema es que el motivo ya no suele estar vigente. Vale que es muy bonito celebrar el año nuevo con las campanadas pero -y con esto, sé que voy a tener problemas afirmándolo- ¿a qué viene ya lo de las uvas? Es sabido que un año -de no hace mucho además- una cosecha de uvas fue muy abundante y hubo que buscar una forma de dar salida al producto, así que se decidió ese año acabarlo comiendo una uva por campanada. Pero esto ahora no tiene sentido. Que sí, vuelvo a repetir, es muy bonito y todo lo que quieran, es ya tradición y todo eso. Yo no digo que se elimine, nada más lejos de mi intención, sino poder tener esa elección, poder decidir tú si quieres o no celebrarlo de esa manera -o celebrarlo sin más ¿por qué no se puede simplemente no hacerlo?- sin que haya represalias, sin tener problemas, sin que te miren mal como si hubieras cometido una atrocidad. Hay cosas que a mí me importan de verdad, que a mí me gustaría celebrar, y nadie las comparte y no voy imponiéndoselo a la gente. Cada año tengo muchas decepciones con la gente especialmente cuando les hablo de algo que me gusta pero no se coincide y la otra persona no le interesa lo que yo quiero. Vale, me fastidio, ¿acaso voy a montar un jaleo por eso? Pero uy del que se meta con las fiestas típicas tradicionales, uy eso sí que no, es sagrado -como si esa palabra significara algo ya.


Y hay fechas más significativas para mí que estas en las que estamos ahora.Vale, la navidad, las luces, los colores, no tengo nada en contra de todo eso en realidad pero nuevamente está el problema de la elección. Quiero poder elegir celebrarla o no. Cuando yo tenga hijos quiero poder pasar estas vacaciones de invierno en familia, sin ningún problema, vale, como todo el mundo, amor, paz y prosperidad. Pero por ejemplo, no quiero mentirles con lo de Papá Noël ni los Reyes Magos, ni quiero celebrar el nacimiento de “El Señor”. Oh, sí, soy un malvado por no querer que tengan ilusión, oh diox mío, en mi opinión los malos son ellos por jugar con la ilusión. Me parece más bonito enseñar a regalar en familia, a aprender a elegir las cosas para las otras personas.Y así por lo menos no habrá los problemas de los regalos sorpresas y las decepciones con los regalos que casi nunca se aciertan o aunque lo hagan son despreciados de mala manera. Que eh, yo también he despreciado algún regalo, y no me gusta, precisamente me suelo sentir mal y tonto al hacerlo, pero me cuesta mucho ser falso.


Y yo creo que el espíritu del solsticio de invierno debería ir por ahí. O no. Pero por lo menos ahí está la elección. Yo soy ateo. No creo en divinidades ni en religión alguna. Si se me hubiera que llamar de alguna forma sería nietzscheano, pero tampoco, porque directamente ese nombramiento va en contra de todo el pensamiento del propio Friedrich. Entonces, la gente atea como yo ¿por qué tiene que celebrar la navidad?¿o por qué se les tiene que mirar mal si no la celebran?¿O por qué está bien llevar una crucecita pero no un velo? Es cuestión de puntos de vista, y creo que uno de los principales problemas está en la aceptación de las ideas de los demás. Vale, yo critico mucho la navidad, pero principalmente porque no se me da la elección de celebrarla.


Y es esto lo único que quiero: poder elegir.


José “ZERAV” Malvárez Carleos a 31 de diciembre de 2007

Sólo un atisbo de felicidad

Llevaba tanto tiempo sin que me pasara esto que ya ni me acordaba de cómo era. Y lo necesitaba. Cuatro años son muchos y muchas tonterías ocurren en ellos. Casi sin que te des ni cuenta de los errores que cometes, de decisiones que sabes que podías haber tomado de otra forma y no haber alargado estupideces que no llevan a ninguna parte. Que nunca lo han hecho. Porque pese a que nos duela es verdad. Y lo sabemos, siempre lo hemos sabido. Aunque nos neguemos a aceptarlo. Pero preferimos seguir viviendo en una broma que ya hace tiempo que ha dejado de tener gracia y que nos encierra en enfados contínuos, discusiones superfluas y vacuas que no hacen más que evidenciar lo que ya es obvio desde que esto empezó.


Y de repente, en el núcleo de todo lo que simboliza lo que más odio y detesto, con todas aquellas molestias que llevo tiempo evitando, con esos defectos que tanto llevo criticando...lo encuentro. Un amago de sentimientos. Y ni siquiera tenía ni idea de que estaba buscándolo. Pero eh, que bien se siente uno ¿no? Eso creemos todos. Ja. No te puedes sentir bien así, es un engaño. Ya lo fue entonces, antaño, en la oscuridad y lo sigue siendo ahora. Pero da igual, sigue siendo algo que necesito. Y no tenía ni de idea de lo mucho que lo necesitaba. Y mira que los defectos se tornaban obstáculos tal como siempre deberían haber sido. ¿O quizá no? Creo que no eran impedimentos, sino avisos. De errores en los que se puede caer de nuevo. Y tanto que se caen. Pero no sé por qué quería ignorar todo eso. Quería ser más fuerte ¿que mis convicciones? ¿Pero qué digo? ¿Todos mis ideales tirados a la basura por una tontería así? O quizá soy tan iluso de poder cambiar el mundo -al mundo- según mis deseos y preferencias. ¡O hasta creer que ellos podrán cambiar por mí! Muy iluso, demasiado.


Esa sensación era demasiado calurosa para apartarse, y mira que todo me empujaba a largarme de allí. Pero yo seguí luchando por ella. Iluso, iluso. Ellos criticaban la sensación, la amargaban, pero yo la defendía sin parangón; cegado por los reminiscencias del pasado, de imágenes que venían a la cabeza y que sabía lo que significaban. Pero olvidaba lo mal que acabó eso las otras veces. Ni siquiera hasta ahora me había dado cuenta que ninguna vez salió bien. Quizá no sea merecedor de ella...o de ninguna. Pero me daba igual, seguí adelante.


Y entonces resulta, cuando casi la convicción era suprema, cuando ya había allanado prácticamente todo el camino y renunciado a mis “creencias”, cuando ya estaba prácticamente preparado...un nuevo impedimento se acerca de madrugada para dejar las cosas claras -y eso que era de noche y todo estaba a oscuras casi. Odio ya los símiles luminosos, estoy harto de esa sensación estúpida que me confunde. Y que me hace querer renunciar a todo, incluso a la seguridad...porque en el fondo no sé lo que quiero ¿Riesgo?¿Novedad?¿Sentimientos nuevos? Pero no hay soledad para nadie, ni posibilidad de compañía. La sensación se escapó argumentando que ella nunca había sido libre y que nunca será mía.


Pero yo ya estoy harto...harto de esta situación sentimental en la que me encuentro en la que los sentimientos no tienen ya nada que ver, en donde la justicia supuesta es la que ha guiado mis acciones y las deudas a pagar, y esto no se supone que tenga que funcionar así. Para mí nunca ha funcionado como tenía que ser. ¿Todo fueron venganzas? Me niego a creerlo. Quizá era un desahogo, o la novedad. Y aunque tenía que haberlo parado hace tiempo siempre me convencía de lo contrario. Soy un débil.


Y ahora estaba a punto, de verdad. Casi lo había decidido, casi lo tenía todo preparado, pero nada, -tremendo jarra de agua fría, planchazo absoluto, helado amargado que casi se atraganta- nuevamente la salida queda bloqueada y mi encierro continúa. O peor, quizá no sea un encierro, sino un largo camino. Que no me lleva a ninguna parte. Que no me da lo que necesito.


Quizá no tenga ni derecho a ello. Quizá no sea merecedor de sólo un atisbo...


Sólo un atisbo...de felicidad. Pero la necesito. Quiero esa sensación. Para mí.

ZRV

¿Escritores gallegos o de Galicia?

¿Qué define a las distintas literaturas?¿Su lugar de origen o su idioma? Al parecer es un gran dilema habiendo muchas posturas de por medio y diversos debates. Pero es que parece que a los escritores de Galicia que escriben en castellano son como repudiados por la cultura gallega y no se les considera parte de su literatura. Y yo diría que muchos escritores de Galicia escribieron tanto en castellano como gallego y no creo que el hecho de usar un idioma u otro los defina. ¿Acaso define el idioma utilizado la forma en que se vaya a entender un libro? ¿No será la persona la que se encargue de definirlo? Porque leemos a Tolkien, Shakespeare e incluso a Pratchett y Rowling en castellano sin que ellos desmerezca la mayoría de sus virtudes. ¿Que perdemos algo de fidelidad en la traducción? Como igual se pierde con el paso del tiempo.

Personalmente el colmo viene cuando dicen que la cultura española interfiere en la gallega. En mi opinión creo que el problema es que son ellos mismos los que se interfieren. Pasan más tiempo discutiendo unos entre otros que haciendo méritos. Cambian constantemente las normas gramaticales. Debaten sobre si es correcto usar tal palabra u otra. Hasta de vez en cuando marean la toponimia sin venir a cuento.

El problema que yo veo es que parece que ahora quieren equipararse al separatismo de zonas como Catalunya o Euskadi. Se unen básicamente por llevar la contraria. Pero no comprenden la realidad. Los catalanes no luchan por defender su idioma, simplemente creen que su idioma es completamente superior al español y les da igual lo que digan los demás. Pero el problema de los gallegos es que creen que todos los demás piensan que su idioma es inferior. He ahí la diferencia básica. Sé la historia, sé que en el franquismo se prohibieron los idiomas diferentes al castellano y se impuso una censura muy cerrada que incluía condenas de muerte. Pero durante ese tiempo los catalanes se llenaron de odio y explotaron defendiendo sus derechos cerrándose en su idioma al que valoran con creces y lo atesoran como su bien más preciado. El gallego, en cambio, parece que teme que vuelve a pasar y defiende, pero con recelo, su idioma temiendo siempre que vuelvan a robárselo, como si continuamente tuvieran encima la espada de Damocles.

Y veamos lo que pasará ahora que el inglés toma terreno como idioma neutral del que todos tenemos alguna idea y que nos sirve para comunicarnos con la gente de los demás países. Puesto que esa es la función principal que tiene un idioma: la comunicación. No creo que haya que matarse ni insultarse los unos a los otros por usar el gallego, el castellano, el inglés o cualquier idioma de los miles que hay. Lo que importa es el sentimiento que se intenta transmitir -y ahí es cierto que según qué sentimiento unos idiomas lo hacen mejor que otros, ahí la elección queda para el autor-, lo que se quiere contar. Y ese sentimiento proviene de la cultura que vengas, por lo tanto es ese sentimiento el que define tu proveniencia.

ZRV

 

Apuntes de diario

Todos tenemos días, meses, años malos, terribles momentos pesimistas que inundan todo nuestro ser y ennegrecen completamente nuestra vida imposibilitándonos para ver la realidad...¿o quizá es al revés? Quizá cuando estamos en “esos días” es cuando vemos la vida del color que es, no gris, sino un negro puro y duro sin iluminación alguna ni contraste. Estos días además empiezan con pequeñas pinceladas casi imperceptibles que van añadiéndose a más y más molestias que acaban inundándote siempre de golpe y cuando ya no tienes manera de escapar. He hablado muchas veces de ese mismo tema, de esas situaciones, de esos momentos, de esas pequeñas y deliciosas -a la par que venenosas- ironías que invaden nuestra vida constantemente. Aunque se escondan siempre están ahí. Eso lo he dicho miles de veces. Y ya canso. La pérfida -o perversa como la llamo ahora- ironía. Pero cabe preguntarse, especialmente ahora, si es realmente así. Hoy me he dado cuenta de que podría no ser de esa manera. Me he obsesionado tanto con la pérfida ironía que ya me pregunto si ella me invade o yo la busco. Puedo indagar en si mi vida se ha convertido en un cúmulo de desesperaciones surgidas allá en el 2001 que no ha parado de llenar una corta lista que ahora se me antoja kilométrica aunque yo creyera que ya había sido eliminada completamente. En realidad nunca puedes bajar la guardia, pero soy demasiado confiado y creo que nunca vuelve a pasar. ¿O no lo soy? Porque es curioso como en otros temas -estrellas y luciérnagas- cada palo que he recibido en la vida me ha convertido en una personalidad cada vez más pesimista y negativa que ya a veces duda de si realmente puede volver a sentir algo así. Desde el último, creo que no me puedo recuperar... o tal vez sea que no puedo pensar claramente. Ya no sé discernir en qué son los sentimientos y cuáles son algunas sensaciones; quizá me he visto imposibilitado de disfrutar de ciertos placeres o tal vez me niegue yo a ello, no lo tengo muy claro. O ya no sé diferenciar entre lo bueno y lo malo, entre lo lógico y lo sentimental. ¿Tomo las decisiones porque son las que de verdad siento o porque creo que es lo justo y lo correcto?¿Si hago eso último estoy haciendo bien? Muchas de mis últimas decisiones las he tomado con el último de los ejemplos al contrario de como hacía antes, que me dejaba llevar más que nada por el corazón -ahora me guío por un dudoso sentido de la justicia. Ya no me importa lo que es bueno para mí ¿o quizá sí lo haga inconscientemente? Últimamente no he sido dado a sufrir demasiado ¿no he tenido oportunidad o es que ya no soy capaz de percibir los momentos tristes de mi vida? Cuando muere alguien ¿lloro porque lo echo de menos o porque creo que es lo que se debe hacer en esos casos? O más bien ¿llego a llorar? A veces ni me doy cuenta, otras veces me sorprendo, y la mayoría me queda la incógnita de por qué ha sucedido. Ya no soy dueño de mis sentimientos. Incluso a veces llego a la conclusión de dudar de si mi vida pasa de ser una gran fuente de inspiración para mis relatos a una serie de acontecimientos inconexos que intento forzar para poder hacer las tiras ¿Baso mis tiras en mi vida?¿O intento llevar mi vida para la posterior creación de mis tiras?¿Hago algo por mí mismo o simplemente para tener algo que contar? Y encima mi entorno no ayuda en nada a mejorarlo, rodeado de personas incapaces de darse cuenta de lo que tienen delante de las narices, de oportunidades -algunas imposibles, otras mal aprovechadas, de enfados puramente estratégicos, de molestias voluntarias -¿provocadas sin querer o con alevosía?¿desconocía las consecuencias de mis actos o los realizaba con consciencia de lo que iba a pasar?¿intento hacer una broma o expresar mis verdaderos sentimientos?¿cuál es la mejor forma de ocultar una verdad?¿ponerla a la vista de todos? Vivo encima en un infierno de argumentos infundados e ilógicos que yo mismo empiezo por iniciativa propia o por no saber callar cuando debo ¿o quizá quiera hacerme notar?¿o llevar la razón?¿o demostrar mi valía? Que ha sido siempre cuestionada, desde mí mismo en aquella lejana oscura existencia, hasta cuando me alejaba a finales de año -por cuya acción fui gravemente criticado aunque ahora mismo -en nueva “pesimia”- creo que es más verídico que nunca. En divisiones de grupos -individuales o múltiples- que además parece que en ninguno soy de aceptar. ¿O tal vez sí?¿Son imaginaciones mías?¿Me emparanoio sin razón? Necesito una persona con la que poder hablar ¿Pero no la tenía ya? Sí, pero se fue. ¿Por qué? Por engaños, por falsedades, por volar...por libertad, porque quizá era lo que debía pasar ¿o era un argumento más para la tira?¿intentaba eliminar un personaje todavía no aparecido?¿no era éste un personaje bastante bueno, quizá de los mejores con los que me he encontrado en mi vida? Mi vida....¿son personas o personajes, son historias o caricaturas, es realidad o simplemente un triste boceto dibujado por un crío de veinte años que no sabe diferenciar entre el blanco y el negro -lo bueno y lo malo- y los distintos tipos de grises?¿Soy demasiado caótico?¿O simplemente egoísta?¿O quizá exijo más de lo que merezco? Y lo que tengo no lo aprecio ¿o sí?¿es eso lo que siento?¿es real?¿lo tengo de verdad?¿o está muy lejano quizá? Completamente inalcanzable como un sueño que quizá nunca debió cumplirse ¿o no lo hizo? Con variadas memorias de tristezas absolutas en mundos inertes e insensateces nacidas de estupideces creadas por imágenes que mi mente no sabe aceptar. ¿Vivo?¿O me dejo llevar?¿Y quién me lleva?¿Los demás?¿La pérfida ironía?¿Mis historias?¿Cuál debo vivir: mi realidad o mi ficción?¿La luz o la oscuridad?¿O es al revés?¿Cuál es lo bueno y cuál lo malo?¿Puedo descubrirlo?¿Seré capaz?...

...¿vale la pena?

Ciertamente cuando empecé este blog un amigo me dijo que mis textos se habían convertido en meros apuntes de diario, pero creo que esto no es así: siempre lo han sido.

 

ZRV

El cielo azul nos vigila desde siempre

El cielo azul nos vigila desde siempre y nos cuida, nos hace emocionar y crea ilusiones en nuestras mentes eternamente juveniles. Todos hemos querido volar, surcar los aires y ser libres, poder ir a donde se quiera y tener el mundo en nuestras manos. Alzar nuestras alas al viento, dejarnos llevar o dominar lo que se nos antoje.

Ella también.

Sus alas eran preciosas aunque no las había usado a menudo. Estuvo poco en mi vida pero caló hondo desde el principio; siempre estaba ahí dispuesta a escucharme y a ayudarme, siempre atenta a lo que decía, siempre preocupada por mis cosas y por mi vida. Yo intentaba también ayudarla a que volara, la intentaba convencer pero ella no tenía mucho interés, le encantaban sus alas pero no quería que todos la vieran, no deseaba presumir de ellas. Las guardaba para sí como un tesoro, un secreto, que escondía celosamente...y me encantaba.

Con el tiempo nuestras vidas se fueron uniendo cada vez más, intercalándose con historias de luces, princesas y lunas. Contemplábamos el cielo estrellado por las noches y soñábamos con viajes nunca realizados (mientras yo ironizaba sobre estrellas caídas y reinos destruidos, que aun hoy persisten y viven sin querer darse cuenta de que ya no tienen sentido). Y hablábamos, hablábamos, hablábamos...de lo tuyo de lo mío, de nuestros mundos -tan lejanos y distantes, tan parecidos y unidos-, de grandes historias y maravillosas aventuras, de animales peludos y amarillos, de errores que se cometieron en un pasado, de engaños, de mentiras, de imposibilidades, de lejanías, de planetas apartados...y de volar, casi siempre de volar.

Aunque no me hablaba de todo, pues -aunque para mí ella quería ser la de siempre- lo cierto es que hacía más cosas que soñar con volar. En secreto ella alzaba sus alas, y las ponía al servicio del viento, y se dejaba llevar por corrientes de aire que le mostraban nuevos sentimientos.

Pero lo acabé sabiendo, y las cosas cambiaron. Me costó pero tuve que tomar una dura decisión. Me estaba interponiendo en su camino así que todo cambió, como siempre acaba haciendo. Las cosas no pueden ser "como siempre", todo cambia, nada permanece. Y por mucho que me duela, esta historia también tenía que seguir su curso, quizá nuestras vidas no estaban predestinadas a durar juntas, quizá todo se pueda arreglar, pero ya nada, nada volverá a ser igual.
 
ZRV

"Y la dejaste volar,
y tus ojos lloraron hasta doler,
pero solo tú sabías que así tenía que ser....
que así...tenía que ser."
- Cuidándote, Bebe.

PD 2009: Obsoleto (afortunadamente)

Alejándose

Últimamente tengo cada vez más la sensación de alejamiento, de no pertenecer al lugar y entorno en el que vivo, en el que he nacido. Siempre he tenido una especie de creencia de que éste no es mi mundo y añoro tiempos y lugares que no he conocido. Ahora me canso de la soledad que me invade 20 horas al día y todos mis planes de luchar contra la monotonía son frustrados por las inconveniencias del devenir. Me dicen que soy yo quien me alejo y quien debe poner remedio, pero no es cierto, no me alejo: me siento alejado y actúo en consecuencia. No quiero luchar por un mundo que me rechaza. Ya tenía esta sensación al volver la primera vez de BCN, dudaba de si estaba en mi hogar, y ese pensamiento no hace más que acentuarse.

Me hastía ver cómo mi alrededor se mueve constantemente mientras que yo me encuentro en un paro, falto de rumbo y dirección, buscando un objetivo que perseguir. Pero lo peor es como todos me lo recuerdan y me lo echan en cara constantemente, utilizando lo que más me atormenta para hacer gracias y chistes.

Estoy harto de que me digan que no tengo nada que hacer, que me paso todo el día tumbado, harto de que se burlen de mi desempleo, que se desprecien mis estudios tomándolos como menores comparándolos a los suyos, ellos gente -oh superiores- que todo lo saben y que encuentran divertidas mis desgracias.

Me cansa sentirme sucio y asquearme por olvidar aquello que no debo y pensar lo que no merezco, de que la gente piense que el alejamiento es la mejor manera de rechazo antes que el parlamento, de sentirme inferior y que los demás ayuden a ello.

Me enerva que me provoquen y luego me etiqueten, los tópicos, los defectos, las cotidianidades, que se suponga que yo nunca tenga razón y acordarme que antes se me criticaba por tenerla, que antes fuera un sabelotodo y ahora no sepa nada, de que cuando más necesito hablar con ella me rechace, de ilusionarme por algo y que luego me lo arranquen, de mojarme, de que me ofendan y me devalúen, de que me excluyan, de las obviedades, de que me ignoren, de que me desprecien, de sentirme miserable, de no encajar, de llegar a casa y tirarme en la cama a llorar, de pensar en lo que pudo ser y no fue, de saber lo que tengo y no puedo tener, de la distancia que está tan cerca y tan lejos; y lo peor, de que las dos únicas personas que demuestran preocuparse por mí vivan en las otras puntas del país.

La única amabilidad de toda la semana fue cuando una desconocida me ofreció un paraguas bajo la lluvia.

ZRV

Hoy hace cuatro años

Hoy hace cuatro años cayeron dos torres. Es un tema muy trillado ya, se ha hablado mucho de ello, se han escrito artículos, libros, textos, comics; fue un punto de inflexión para mucha gente, empezando por las familias que perdieron a sus seres queridos...y pasando por mí mismo.

Hoy hace cuatro años comenzó una época que han definido muchas de las acciones de mi vida, me hizo pensar de otro modo. “Yo estaba allí” como ya he dicho en contadas ocasiones -a continuación suelo repetir lo de “vi el humo saliendo de las torres, blabla”. Ha pasado mucho tiempo desde aquéllo aquello y ha llovido aún más (de hecho llueve ahora que ya hacía falta tras un veranito de incendios...otro tipo de sucesos que marcan las vidas de cadauno). Mi vida ha cambiado, no sólo desde aquéllo, ya había cambiado antes, siempre cambia la vida obviamente, se transforma, varía, evoluciona...Pero entonces pedí dejar de ser un observador social, un año después exactamente pedí un poco de felicidad en mi vida...y caray si he obtenido un cambio. Miles de historias que contar, guerras ganadas y perdidas, discusiones, enamoramientos, viajes, compras, destrozoso, engaños, canciones...una vida al fin y al cabo.

Hoy hace cuatro años empezó la Oscura Existencia que me hizo ver el mundo con otros ojos.

Hoy hace cuatro años vi lo triste que era vivir y aprendí a disfrutar de ello.

ZRV

Contrarrestación

Siente un gran vacío en su interior
...mentiras y traición...
dolores provocados, solo con lo hablado,
harto de blasfemias que me he encontrado,
de hipocresías, de cinismos que he aguantado.

Y aun hay quien cree que el perdón
se puede dar sin reflexión,
pero siempre se debe tener en cuenta el daño inflingido,
no obviarlo, ni olvidarlo, para ser redimido.

Olvidar es muy fácil, niña, y eso todos lo sabemos,
vosotros bebeis y os olvidais de los que os queremos,
te convertiste en algo que nadie quería
y te comportaste como la gente que odiaría.

Encima tras causar dolor y sufrimiento
intentas quedar como la buena de este cuento.
Como siempre -y como otros- haces lo que te venga en gana,
pretendiendo que al final eso no cuente, que se olvidara.
Así se malcría a la gente, la culpa es de los padres,
que permiten que todo pase sin evitar desmadres.

Así cansado estoy yo
de un tema ya cerrado
que te vayas a la mierda
yo ya he acabado.

blablabla
ese era el vacio que sentia en su interior
zrv

Textos: Pérfida Ironía

(Fecha de publicación: 12/09/2002 03:46)

Me encuentro toda la noche con un terrible dolor de cabeza. No sé qué es lo que me lo puede provocar pero hace que la fiesta no sea tan buena como debiera. Pero, eso sí, la diversión continúa a mi alrededor y el éxtasis llegará dentro de poco. Nos dirigimos como cientos de personas más a un punto en el que podamos apreciar el show de los fuegos de artificio debidamente y podamos apreciarlos en todo su esplendor. No elegimos un mal sitio. Tampoco es la gloria. Levantamos nuestras miradas al cielo y esperamos el espectáculo.

Y empieza.

Disfruto con él viendo como se han trabajados los efectos de este año, y continúan, y siguen, duran bastante tiempo. Entonces empiezo a pensar en el montón de dinero que habrán tenido que utilizar para conseguir el desarrollo esperado, para saber que así podrán agradar al pueblo y lograr su felicidad.

Pienso entonces en la terrible simetría del momento. En como hace un año exactamente dos aviones chocaban contra dos edificios, enormes y por lo tanto más llenos de gente para más inri, y los derrumbaba. Pero no pienso en el símbolo destrozado, ni en el dolor de los americanos por haber sido insultados. Pienso en los miles de personas escapando, viendo como el techo se les caía encima, en como la gente se tiraba de las ventanas para conseguir aire y como otra, quizá más cuerda o quizá no, se quedaba dentro del edificio absorbiendo los letales gases y muriendo ahogados. Pienso en la gente a la que los hierros de la estructura del edificio los atravesaban y en cómo notaban el horroroso y sentenciador calor en sus propias carnes. Me imagino sus caras en el momento en que les dé por pensar en la familia y en las amistades que nunca volverá a ver y el dolor aumenta.

Pienso en todo eso y aparto la mirada de los fuegos artificiales y miro a mi alrededor. Veo el montón de gente mirando la función pirotécnica y sonriendo, sintiéndose felices con su interior, ajenos a las demás barbaridades que ocurren en este, nuestro planeta. Es una buena forma de chafarme la noche.

Durante el resto de la fiesta mi dolor de cabeza continúa, recordándome paso a paso lo que me ocurrió hace exactamente un año y pensando en que si no hubiera estado tan cerca del suceso mis pensamientos serían otros; serían inversamente proporcionales a los que tengo ahora. No me importaría nada de lo que había pasado y estaría disfrutando de la fiesta y no aguándosela a los demás.

Miro a aquella persona y la veo feliz, examino su cara, su rostro que antaño me provocaba felicidad y temor, celos y dolor, y noto como ahora lo único que soy capaz de sentir es: sálvame. Porque aunque piense todo esto, voto porque la ignorancia es la felicidad ya que descubrir nuestro menester en la vida no es más que una desesperación, un agobio, una tristeza, que hunde a cada ser en los momentos más oscuros y pesimistas. Todos esos pensamientos oscuros me llenan durante el resto de la noche y los demás lo notan, ven en mí como me encuentro apagado, y una vez más la pérfida ironía se apodera de la situación y cuando entro en una discoteca mi ropa es la que más brilla en el lugar. Es algo que me persigue imparablemente.

Necesito felicidad, aunque sea sólo durante un minuto en la vida.

Necesito vivir.

Ya.

J.M.C.


PD:
Lo dicho: te ODIO imaginación mía.

Textos: Pérfida Ironía

(Fecha de publicación: 12/09/2002 03:46)

Me encuentro toda la noche con un terrible dolor de cabeza. No sé qué es lo que me lo puede provocar pero hace que la fiesta no sea tan buena como debiera. Pero, eso sí, la diversión continúa a mi alrededor y el éxtasis llegará dentro de poco. Nos dirigimos como cientos de personas más a un punto en el que podamos apreciar el show de los fuegos de artificio debidamente y podamos apreciarlos en todo su esplendor. No elegimos un mal sitio. Tampoco es la gloria. Levantamos nuestras miradas al cielo y esperamos el espectáculo.

Y empieza.

Disfruto con él viendo como se han trabajados los efectos de este año, y continúan, y siguen, duran bastante tiempo. Entonces empiezo a pensar en el montón de dinero que habrán tenido que utilizar para conseguir el desarrollo esperado, para saber que así podrán agradar al pueblo y lograr su felicidad.

Pienso entonces en la terrible simetría del momento. En como hace un año exactamente dos aviones chocaban contra dos edificios, enormes y por lo tanto más llenos de gente para más inri, y los derrumbaba. Pero no pienso en el símbolo destrozado, ni en el dolor de los americanos por haber sido insultados. Pienso en los miles de personas escapando, viendo como el techo se les caía encima, en como la gente se tiraba de las ventanas para conseguir aire y como otra, quizá más cuerda o quizá no, se quedaba dentro del edificio absorbiendo los letales gases y muriendo ahogados. Pienso en la gente a la que los hierros de la estructura del edificio los atravesaban y en cómo notaban el horroroso y sentenciador calor en sus propias carnes. Me imagino sus caras en el momento en que les dé por pensar en la familia y en las amistades que nunca volverá a ver y el dolor aumenta.

Pienso en todo eso y aparto la mirada de los fuegos artificiales y miro a mi alrededor. Veo el montón de gente mirando la función pirotécnica y sonriendo, sintiéndose felices con su interior, ajenos a las demás barbaridades que ocurren en este, nuestro planeta. Es una buena forma de chafarme la noche.

Durante el resto de la fiesta mi dolor de cabeza continúa, recordándome paso a paso lo que me ocurrió hace exactamente un año y pensando en que si no hubiera estado tan cerca del suceso mis pensamientos serían otros; serían inversamente proporcionales a los que tengo ahora. No me importaría nada de lo que había pasado y estaría disfrutando de la fiesta y no aguándosela a los demás.

Miro a aquella persona y la veo feliz, examino su cara, su rostro que antaño me provocaba felicidad y temor, celos y dolor, y noto como ahora lo único que soy capaz de sentir es: sálvame. Porque aunque piense todo esto, voto porque la ignorancia es la felicidad ya que descubrir nuestro menester en la vida no es más que una desesperación, un agobio, una tristeza, que hunde a cada ser en los momentos más oscuros y pesimistas. Todos esos pensamientos oscuros me llenan durante el resto de la noche y los demás lo notan, ven en mí como me encuentro apagado, y una vez más la pérfida ironía se apodera de la situación y cuando entro en una discoteca mi ropa es la que más brilla en el lugar. Es algo que me persigue imparablemente.

Necesito felicidad, aunque sea sólo durante un minuto en la vida.

Necesito vivir.

Ya.

J.M.C.


PD:
Lo dicho: te ODIO imaginación mía.